Desde que abrió sus puertas en 1903, el Wembley ofreció buenos tragos y generosos banquetes, convirtiéndose en el punto de encuentro de marinos y recién llegados de todo el mundo. Hoy, renovado y espacioso, el viejo Wembley sigue manteniendo intacta la particularidad que lo convirtió en único: la de deleitar con su cocina internacional o con un asado campero bien argentino.